Para responder esta pregunta debemos partir de esta otra ¿Qué es el amor? Lo digo porque muchísima gente confunde el amor con el enamoramiento, francamente si tomáramos las decisiones con la razón difícilmente nos uniéramos para toda la vida con una persona a través del sacramento matrimonial, así que, en esta decisión, la más importante de nuestra vida, juega un papel muy especial el corazón, de verdad, si nos tocara solo razonarlo nadie o muy pocas personas se atreverían a dar ese paso.

El enamoramiento es pasajero, es químico, dura de tres meses a cinco años aproximadamente, así que el enamoramiento no es amor; que fortalece la decisión de amar es muy distinto, más no es necesario para amar de verdad, sí, así como lo lees, el enamoramiento no es necesario para amar.

La realidad de estas etapas desde el noviazgo hasta el matrimonio son las siguientes:

  1. En el noviazgo: Nos enamoramos y lo alimentamos con detalles porque nos enfocamos en ello.
  2. En el matrimonio: Llegan los hijos y nuestra atención es para ellos y descuidamos la relación de esposos, el enamoramiento se va enfriando.
  3. Cuando los hijos crecen, es cuando nos damos cuenta de quienes somos en verdad, es cuando apenas nos conocemos tal cual somos, en esta etapa ya no existe el enamoramiento, los problemas cotidianos, la inversión en los hijos, la rutina, etc. ya ha enfriado bastante o en su totalidad la relación en el matrimonio y muy probablemente ya ha matado por completo el enamoramiento.

Es esta última etapa es cuando nos damos cuenta que no queremos continuar así, pues ya no existen estímulos externos para querer estar en una relación de pareja con nuestro esposo(a); pero aquí es donde comienza el verdadero amor, es hora de enfrentar la realidad y poner en práctica los valores, las virtudes y las enseñanzas que por excelencia tenemos de parte de Jesús, la manera de amar de él hacia cada uno de nosotros, esto lo vamos cultivando desde nuestra niñez por medio de la formación espiritual, religiosa y claro que también humanamente que nos dan nuestros padres, de aquí la importancia de ir bien preparados al sacramento matrimonial, pues somos seres íntegros, mente, cuerpo y alma.

Corría una publicación por las redes sociales que me pareció muy importante que decía así: SI ESTAS ENAMORADO NO TE CASES… pues como lo explico anteriormente, esto no es amor, en ella simplificaban lo que es el verdadero amor en el matrimonio, decían: Cásate si después de tratar a la persona un buen tiempo y fuera del enamoramiento te das cuenta que su presencia en tu vida te sirve para crecer y tu hacerla crecer también, en todos los aspectos, laborales, sociales, familiares, etc. cásate con una persona que no esté esperando que tú llenes sus carecías afectivas y sus egoístas expectativas, pues esto último generalmente lo disculpamos en el noviazgo por la enajenación o enamoramiento que sentimos por la otra persona, lo cual termina en una triste realidad en el matrimonio; cásate cuando vean en realidad que se complementan el uno al otro en tomas de decisiones y acuerdos, no cediendo todo el tiempo, sino, se llega a una sumisión esclavizante que nulificaría tu libertar, sería como no tener voz ni voto porque así lo permitiste desde el noviazgo, así que, sea que los dos toman la mejor decisión para ambos.

Precisamente cuando una persona que vive de una manera egoísta que al final de cuentas es generada porque así vivió y eso fue lo que aprendió de sus padres, (aunque eso no impide el crecimiento y madurez en el futuro) sin embargo, en lo que pueda o no suceder este cambio, este tipo de personas salen al encuentro del “príncipe azul” o de “la princesita” si bien le va a la mujer, buscan, claro, de quien enamorarse y no de quien es de verdad capaz de amarlos, la diferencia es abismal, buscan aquel o aquella que sea capaz de hacerte feliz,  y al paso del tiempo en el matrimonio y viendo las etapas que sufre la pareja en el mismo, es lógico que al terminar el enamoramiento se busque otra  aventura que los llene de emociones y sensaciones puesto que para este tipo de personas es lo único importante, sentirse enamorados,  ¿Se acabó el amor? No, se acabó el enamoramiento…

En un debate en la universidad, los alumnos discutían a cerca del divorcio, tristemente la mayoría a favor de este, defendiendo la postura de que si se acabó el amor ¿Para que seguir juntos? O acaso ¿Usted profesor sigue enamorado de su esposa? Preguntó un alumno al profesor de la clase, el catedrático respondió a esta pregunta de la siguiente manera: Tengo 30 años casado con la misma mujer, y efectivamente, no veo el amor como ustedes lo ven, después de toda una vida juntos no siento mariposas en el estómago por mi esposa, ni me sudan las manos cuando estoy cerca de ella, ni me sonrojo, no, ya no estoy enamorado, pero si a ella le duele una pierna, a mí me duele el alma; y esto es lo que ustedes jóvenes no entienden, les han vendido la idea del hedonismo, pensar más en ti que en las necesidades del otro, ustedes no pueden imaginar lo que para mí significa haber hecho una vida al lado de una mujer que me lo ha dado todo, su juventud, hijos, el estar a mi lado en mis triunfos y fracasos, la mujer que me ha alentado para seguir adelante en todos los aspectos de mi vida, y que de la misma manera yo he estado presente para ella, no puedo imaginar echar a perder nuestra vida matrimonial por el placer egoísta, los seres humanos no somos desechables, pero esta encuesta muestra tristemente que se ha logrado el objetivo de la destrucción de la conciencia del hombre y con esto el matrimonio, la familias, aquellos valores por lo que de verdad vale la pena vivir.

Así que, mi querido lector, si se terminó el “amor” en tu matrimonio, o comienzas amar de verdad, o seguirás viviendo egoístamente, el amor no consiste en sentir bonito, consiste en llevar a tu esposa(o) al cielo, aunque para ello debas de hacer renuncias, principalmente a tus egoísmos, yo sé que a veces la otra persona es muy difícil, aun así, nuestro corazón deberá estar capacitado para amar, tolerar con caridad y paciencia los defectos de mí cónyuge, no como un yugo que esclaviza, sino como el maestro que enseña a un niño con amor a hablar y dar sus primeros pasos,  perdonar siempre, y comenzando de nuevo una y otra vez, enfocándose en los que los une y no en lo que los desune; entendamos que ese es la principal misión de los esposos como esposos, llevarse mutuamente al cielo y hacer feliz al otro, pues como padres la misión es diferente, es formar ciudadanos celestiales, no solo terrenales, y la principal formación del hijo comienza desde el respeto y el amor que sus padres se profesen, la mayor alegría de un hijo es ver a sus padres felices y unidos en todo.

Les comparto una frase de santa Teresita del niño Jesús: Si no tienes ganas de rezar; reza más… y su servidora lo aplica en el amor: ¿Se te acabó el amor? Ama más…

Le dijo un joven casado a su guía espiritual: Maestro, ya no siento amor por mi esposa, me quiero separar de ella, este joven le dio un sinfín de excusas y explicaciones del porqué ya no la amaba, ¿Qué me recomienda que haga? El maestro le dijo: Ámala más… al joven le pareció imposible su propuesta, el maestro al ver su reacción continuó: Todos los días, aunque no lo sientas nada dile que la amas y bésala… eso es todo. El joven se retiró y al paso de los meses regresó: Maestro, muchas gracias, salvó nuestro matrimonio… El joven descubrió que el dar hace felices a los demás, su esposa al sentirse tomada en cuenta y acariciada por su esposo se llenó de alegría y comenzó a dar también y a corresponder, por consecuencia el joven al hacer feliz a su esposa también él lo era.

¿Es tan difícil amar? No, lo difícil es entender que es fácil, si tu sientes que se te acabó el amor es porque te has dejado llevar por todos los distractores de hoy en día que definitivamente nos invitas a la destrucción del matrimonio, ejemplo: La tecnología, empleamos más tiempo en las redes sociales y en películas que en nuestra pareja, esta misma puerta a muchos los lleva a la pornografía, y la pornografía mata el amor, pues animaliza al hombre y este animaliza a su mujer, y esta al sentirse usada y denigrada y al quererlo exponer, el hombre amenaza por cambiarla por otra mujer que si esté dispuesta a esta degradación sexual; Su Santidad San Juan Pablo II dijo: Esposos, no tengan relaciones sexuales rebuscadas… ámense en donación mutua…

Lo que yo siempre recomiendo es llenarse de amor para amar más, pues por más que le pidas a tu cónyuge quinientos pesos, pero si solo tiene veinte, por más que se los pidas no te los dará, lo mismo tú, no puedes dar lo que no tienes, si se te terminó el amor debes llenarte de ello acudiendo a la fuente de amor misma, todos tenemos pretextos para no amar, pero basta solo uno para hacerlo en su totalidad ¿Cómo me desprendo de mis egoísmos? ¿Cómo me lleno de amor? ¿Cómo dejo de ver el verdadero amor como algo que esclaviza y asfixiante? Viendo el amor con que nos amó Dios, amor de sacrificio, amor desde la cruz, sin embargo, Dios no nos pide tanto, no te va a crucificar puesto que él ya lo hizo por ti, tú solo recibirás las gracias necesarias para llenarte de amor nuevo para tu esposa (o)  y yo te reto a que lo hagas y recibas lo que Dios tiene para darte, dice Su Palabra: Haz la prueba y verás que bueno es el Señor (Salmo 33) Así que, te propongo comenzar a asistir a la adoración ante el Santísimo, no hay fórmula mágica que nos devuelva el amor, solo vivir unidos al Señor: Pide y se te dará, busca y encontrarás, llama y se te abrirá… Dios no miente, Él es capaz de darte todo lo que le pidas, incluso amor nuevo para tu esposa (o) solo permanece unido a Él… Si permanecen en mí y Mis Palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les dará Juan 15,7.

Por otra parte, si de verdad nos concretáramos en cumplir la Palabra de Dios yendo contra corriente detrás de Él puesto que la humanidad se empeña en crear corazones hedonistas y ateos, no nos fuera tan difícil amar.

La supremacía del amor 1Cor 13, 1-7

  1. Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.
  2. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy.
  3. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.
  4. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla.
  5. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
  6. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad.
  7. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.

En conclusión: Si se te acabó el amor, es porque no vives unido al amor de Dios, no tienes que dar: Quien dice que ama a Dios, pero aborrece a su hermano es un mentiroso… Juan 4, 20

Santa Cecilia Flores dueñas