Testimonios de Cecilia y César
Después de muchísimo dolor, de una fractura matrimonial, cuando todo estaba ya perdido, decido enfrentar la lucha de rodillas y someterme a la voluntad de Dios, solo de rodillas lo lograría, ya no por un amor carnal sino por el amor espiritual a nuestro matrimonio.
Divorciada, en proceso de nulidad eclesiástica, mi esposo con amante y decidido a vivir sin Dios en pecado, aún con todo en contra, me aferro al plan de Dios para rescatar su alma y nuestro matrimonio, pues Nada es imposible para Dios Lc 1,37
Fue entonces que el milagro se suscita, fue difícil, pero lo que vale la pena cuesta mucho.
Dios en oración me entrega armas poderosas para vencer en estos tiempos de destrucción masiva del matrimonio y de la familia, y gracias a ello, hoy damos testimonio de la restauración matrimonial y lo compartimos con todos ustedes.