Muchas de las veces, cuando nos hacemos esta pregunta es porque nuestro matrimonio está sumergido en una crisis tremenda que solo vaticina el inevitable final, o en su defecto, ya es demasiado tarde, él o ella, ya no quieren seguir adelante, es más, ya ni siquiera está a nuestro lado.

Sumergidos en tristeza, culpa y desesperación, corremos con el psicólogo para encontrar respuestas y soluciones mágicas, y entre terapia y terapia, nos convencemos a nosotros mismos que lo mejor es estar solos, que tengo el derecho de ser feliz y que tengo la posibilidad de iniciar otra relación en su momento ¿Quién necesita una relación toxica? Hay que aceptar la realidad con los pies en la tierra cuando todo terminó, no debemos aferrarnos porque la religión nos lo imponga… ¿Te es familiar? Estos y otros argumentos utilizan algunos psicoterapeutas en donde la ley de Dios es solo un mito para manipular masas, olvídate de Dios y comienza a ver por ti mismo, libérate, aquí lo que importa eres tú, después tú, y enseguida tú; al final de cuentas esto es lo que te dicen; prácticamente se trata de una reprogramación mental, cambios de conceptos, que muchas de las veces te llevan a vivir de manera hedonista.

Lo digo y lo sostengo, no importa en que momento te hagas esta pregunta, si hoy aún no estas pasando por esta situación, no te esperes a que suceda algo en tu matrimonio, y si estás en la peor de la crisis comienza a trabajar.

La destrucción de un matrimonio siempre es de dos, los dos tienen culpa, uno más quizá que el otro, pero de alguna manera contribuyeron ambos para ello, uno grita y golpea, y el otro se defiende y agrede también, lo cierto es que cuando un matrimonio se destruye es porque faltó el ingrediente principal en la relación.

Fuera de la perspectiva psicológica, déjame decirte esto, porque no somos solo mente, somos seres íntegros: cuerpo, mente y espíritu. Y si en una relación solo trabajas la mente, esto no funciona, el ingrediente principal en toda relación en todo matrimonio es, la oración, sí, así de simple y de complicado de entender para los racionalistas ¿Quieres ser feliz en tu matrimonio en tu vida y en la relación con los demás? Ten comunicación con Dios, háblale de todos tus proyectos y sueños, cuéntale tus penas y necesidades, háztelo amigo, tu mejor amigo, esa es la oración, una íntima amistad entre tú y Dios, quien ora no fracasa, porque quien ora siempre confía y jamás queda defraudado, sí además de esto también trabajas la parte psicológica, tendríamos un equilibrio emocional y espiritual que ninguna tormenta nos tumbaría, sabríamos crecer y ayudar a crecer al otro, esto es una absoluta complementariedad, matrimonio feliz igual a familia feliz.

Esto no significa que no vas a tener dificultades, pero si tendrás la sabiduría en la toma de decisiones tanto para tu matrimonio como para con tu familia.

He conocido personas que buscan ayuda en todo menos en Dios, aunque ellos dicen haberlo hecho de cierta manera pero que no funcionó, bueno, es como quien maneja energías y busca la energía suprema del universo concentrándose en una piedra, por más que te sientas conectado con la piedra y quieras que a través de esta Dios se manifieste en tu vida nunca lo lograrás, no puedes estar buscando a Dios donde no lo está, ni puedes crearte en tu mente un dios a tu manera, porque Dios es uno y uno el camino, Él mismo lo dice en su Palabra: Yo soy el camino la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Juan 14, 6 No nos podemos inventar rutas alternas; sin embargo, Dios permite que caigamos  en nuestras propias trampas, en nuestros propios errores, pues muchas de las veces, es cuando la persona voltea al cielo pidiendo ayuda, es cuando nos damos cuenta que luchar con nuestras propias fuerzas no funcionó, es cuando nos arrepentimos de nuestras equivocaciones, y eso está bien, pues es cuando Dios comienza a escribir derecho en renglones torcidos, siempre y cuando lo dejemos actuar, sin exigirle ni decirle cómo debe hacer las cosas y sin ponerlo a prueba o establecer un tiempo determinado para que nos haga el milagro, así no funciona.

Dios responde cuando ve que el arrepentimiento es sincero y profundo de darle la espalda y de buscar ayuda en todo incluso a través de su enemigo: Por tu amor, oh Dios mío ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde, mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado y solo contra ti, haciendo lo malo que tú condenas. En verdad, tú amas un corazón sincero, y en lo íntimo me has dado sabiduría. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve. Salmo 51 1-4; 6-7 Esta es la misericordia de Dios, pues por más que lo hayamos traicionado buscando ayuda incluso a través de prácticas de brujería y esoterismo, Él siempre estará ahí para nosotros, así de grande es su amor que incluso prepara una fiesta en el cielo cuando uno de sus hijos se arrepiente y de nuevo lo busca: Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Les digo que también así hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte. Lucas 15,7;10 Pero esto generalmente sucede cuando lo vemos todo perdido y cuando nada de lo que hicimos por retener a nuestro cónyuge funcionó.

Ahí, en donde tú te encuentras en este punto, te pido que te levantes y comiences a utilizar las armas que Dios, en su sencillez y en su infinita misericordia, ha dejado a la humanidad en estos tiempos de destrucción masiva del matrimonio y la familia, incluso profetizados por nuestra Señora de Fátima la santísima Virgen María a su hijita amada Lucia Dos santos, una de los tres pastorcitos a quienes les compartió  estos acontecimientos tan tremendos, un secreto que no querían fuera revelado por tan fuerte en su carácter y contenido, pero, que sin embargo, ante los acontecimientos,  se ha difundido favorablemente, esto con el fin de no evadir una realidad en la cual el ser humano es su mismo protagonista   y cambiar el papel de antagónico destructor, a reparador y de constructor de  santidad, de paz y felicidad en su familia.

Dios es, hoy más que nunca, radical, pues para frenar la destrucción de la familia y del matrimonio se necesita santidad, el cumplimiento absoluto de la ley de Dios, no podemos ser mediocres ni tibios, pues mismo Jesús aborrece la tibieza en el alma del hombre: Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3, 16 Así que tomemos las armas para vencer al demonio de la desunión matrimonial, María también deja para el mundo, un arma poderosísima, que es esa corona de rosas, el santo rosario, pues dónde se reza, el demonio no puede entrar, y aunque estés separado de tu de tu esposa o de tu esposo, cunado rezas por él un rosario, es mandar a María Santísima a lugar en dónde él o ella está, así sea con su amante, y María lo rescatará de las garras del pecado, toma en cuenta que cuando comiences a orar por tu cónyuge, la obra principal la hace Dios en ti primero, porque pide santidad, ya lo vimos, y empieza a forjarte, comienza a pasar por el fuego todo lo que ha de ser purificado en tu persona, para que después, él, queriendo hacer la obra perfecta, también purifique a tu cónyuge; primero eres tú, pues si Dios te responde inmediatamente a tu súplica, entonces no te dará la  oportunidad de aprender de tus propias equivocaciones y después sería peor, recuerda que Dios hace nueva todas las cosas, y lo que vale la pena lleva su propio tiempo.

Muchas veces pensamos que Dios no nos escucha, pero esto es mentira, el hecho de que aparentemente no responda a nuestra súplica no significa que no esté trabajando en ello, al contrario, Jesús sufre con tu dolor, llora contigo y se bebe tus lágrimas; cuando uno ora por meses y no ve más que el silencio de Dios, esto solo puede ser la respuesta en la que Dios está poniendo cimientos muy fuertes para tu matrimonio, cava profundamente para poder construir un edificio enorme en el cual él sea el principal invitado y el centro de su matrimonio y hogar, así que no te desanimes ni pretendas hacer las cosas a tu manera, esto no funciona y ya lo vimos.

La adoración ante el Santísimo Sacramento expuesto aniquila a Satanás, la adoración no la soporta, así que, a rescatar a tu esposa o esposo de rodillas ante el Santísimo, y con el rezo diario del santo rosario, y que mejor si también te conviertes en un alma eucarística bajo tus posibilidades de poderlo hacer, hay quienes sí pueden ir a la santa misa todos los días y hay quienes no, hazlo según tus tiempos, nunca va ser lo mismo cuatro eucaristías, que treinta o treinta y una ¿verdad? Jamás, entre más te acerques a la fuente de amor y vida mayor será tu fortaleza y tu pronta respuesta del Señor, conoce su Palabra y deja de hacer lo que el aborrece, así tendrás mayor conocimiento, pues no se ama lo que no se conoce, unifícate con Cristo, esto traerá por consecuencia que te cristifíques, es decir, que seas un cristo en la tierra, como lo expresa San Pablo: Vivo, más no vivo yo, es Cristo quien vive en mí… Gálatas 2,20

Estas son las armas que se necesitan para lograr grandes milagros en tu vida, para vencer el mal a fuerza de bien, y para restaurar tu matrimonio por muy imposible que esto parezca, pues si vas a creer lo que te digo, cree en lo que dice Dios en su Palabra: Pues nada es imposible para Dios.  Lucas 1,37 y también dice: Hágase en ustedes según su fe… Mateo 9,29

Por último, el Señor Jesús quiere que reflexionemos en la supremacía del amor, esto traerá por consecuencia la esperanza, la fe y la confianza en aquellos que inicien una vida de espiritualidad para el rescate de tu matrimonio: Si hablo las lenguas de los hombres y aún de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena, o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun así entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.

Tener amor es saber soportar, es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero ni egoísta, es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, soportarlo todo. 1 corintios 13, 4-7

En esta página encontraras, parte de estas herramientas para comenzar a rescatar tu matrimonio, restaurarlo y edificarlo, te invitamos a rezar el santo rosario meditado por la unidad del matrimonio y la familia que se encuentra en esta misma sección. Al mismo tiempo encontrarás el libro de oraciones para restaurar un matrimonio en la sección de eventos y noticias, ora con este libro en adoración ante Jesús Sacramentado expuesto. Gracias y que Dios una tu matrimonio y lo restaure en su Divina voluntad en tiempo y espacio.