Una de las actitudes del ser humano por cuestión de ego es querer tener siempre la razón; reconocer cuando no tengo razón es un acto de madurez y sensatez; el problema es que tenemos patrones de conducta muy definidos que dictaminan nuestra personalidad, esos patrones generalmente refieren a la falta de dominio de uno mismo, nos dejamos llevar por nuestras emociones y esto nos lleva a tener un resultado lamentable en nuestras relaciones, principalmente con el cónyuge.

El arte del dominio de sí mismo nos conduce a mantener una relación más sana tanto en el matrimonio como con las personas que me rodean, pero ¿Cómo me domino a mí mismo?

Dios dotó al ser humano vivo o muerto de tres potencias, estas potencias pertenecen al alma, por lo mismo decimos que las posee una persona viva o muerta; nosotros podemos crecer extraordinariamente trabajando esas potencias, las cuales son: La memoria, la voluntad y el entendimiento o inteligencia.

controlar emocionesLa falta de dominio de sí mismo, o el dejarme llevar por mis emociones tiene que ver bastante con la actitud que tomo ante el cónyuge, especialmente cuando no estoy de acuerdo con su manera de proceder o de pensar; trabajar las potencias del alma me hará mejor persona y sobre todo me ayudará a dominarme y actuar con mayor sabiduría, y obviamente una persona sabia no discute tan fácilmente; esto no significa que aprenda a ignorar la circunstancia o al cónyuge, significa que no me dejo llevar impulsivamente por lo que siento en ese momento sino que, se analiza la situación y busco la mejor solución para ambos, aún si se tiene que ceder en algo erróneo momentáneamente porque esto trae más beneficio (ejemplo: un caprichito) no obstante, signifique que todo el tiempo tendrá que ser así, puesto que me intereso en trabajar mis potencias y uno de los resultados de trabajar en ellas es saberme dominar y poder ayudar a mi cónyuge a que también  trabaje en ello, aunque muchas veces no se encuentren en el mismo canal, esto es muy común, si aprendo algo nuevo y lo pongo en práctica, mi deseo será que el ser más importante en mi vida y con el cual discuto constantemente aprenda a dominarse a sí mismo para tener paz y vivir en armonía, sin embargo, no todas las personas tienen esa disponibilidad, no obstante, aquí impera el arte de la paciencia y la confianza de lograrlo en su momento.

Explico en seguida el proceso de cada potencia y el cómo trabajar en ellas a nuestro favor:

1. Memoria: El mecanismo de cómo las emociones nos manejan comienza en el cerebro, lo que yo meto a mi memoria se va directamente al corazón, en el corazón se traduce en emociones y sentimientos y nosotros actuamos movidos por las emociones. Por lo mismo tenemos que tener cuidado con lo que PERMITAMOS que entre a nuestra memoria, hay personas que dicen que no pueden dejar de pensar en los errores y en los sucesos más doloroso que se ha vivido al lado del cónyuge, ejemplo: el adulterio, palabras hirientes, actitudes de desprecio, golpes, mentiras etc. Y esto alimenta el dolor y por consecuencia estoy a la defensiva y sobre todo agresiva o agresivo, así que, en la menor provocación obviamente discuto y muchas veces cuando la otra parte ni siquiera está en ese mismo canal de querer pelear porque tiene otros pensamientos ya sea de trabajo o de lo que sea, o simplemente está tranquilo y por lo mismo la parte que alimentó su memoria con pensamientos basura o nocivos termina odiando, guardando rencores y peleando y discutiendo por cualquier cosa.

Nosotros tenemos la decisión de sabernos controlar y buscar la mejor actitud ante los acontecimientos que me lastiman de mi cónyuge, para empezar, no permitirme estar alimentando constantemente lo que me lastimó, y para eso debo de cambiar de pensamientos, porque tú tienes ese poder, y para ello se necesita la práctica hasta lograr dominar tus pensamientos, este es el primer paso, en cuanto llegue un pensamiento negativo cambiarlo inmediatamente, decirte a ti mismo, no necesito este pensamiento porque no sirve para ser feliz, debemos repetir esta frase cuantas veces sean necesaria para auto programarnos a rechazar cualquier pensamiento que te lastime, puesto que tu felicidad no depende de los demás, no depende de tu cónyuge, depende de ti mismo, de tus pensamientos y de tus decisiones, así que, en cuanto llegue un pensamiento basura debemos de rechazarlo inmediatamente, si con estar alimentando el odio el rencor y el resentimiento, si el estar llorando todo el día, si con estar pensando en la venganza ¿Mi situación va a cambiar?, ¿voy a dejar de discutir y de pelearme con mi cónyuge? Adelante, continúa haciéndote daño, pero la realidad es que estas actitudes llevarán tu matrimonio derechito al fracaso y al divorcio, la primera puerta que te lleva a la paz es el perdón, y para poder perdonar debo saber rechazar los pensamientos basura, este, te lo repito, es el primer paso.

2. Voluntad: Todos tenemos fuerza de voluntad. He escuchado decir a varias personas que atiendo en las asesorías y en alguna circunstancia de mi vida yo también llegué a decirlo: “No tengo fuerza de voluntad” esta frase es una excusa para no hacer las cosas que debo para alcanzar la felicidad y la tranquilidad, pues luchar para alcanzar estas metas amerita un esfuerzo extra y no estamos dispuestos a salir de nuestra zona de confort y del conformismo, ambas actitudes son primas hermanas y estas nos llevan a quejarnos todo el tiempo de nuestra situación, te conformas como vives, lloras y te quejas pero no haces nada para cambiar tu situación y tus pensamiento, no te esfuerzas para perdonar, vas causando lástimas con tu conmiseración y hartando con tu actitud y tus platicas, vas acusando todo el tiempo a tu cónyuge y victimizándote con muchos de los que te rodean, tus amistades o compañeros de trabajo no saben cómo lidiar con tus problemas, a veces no saben ni siquiera conducirse ellos mismos y además tener que estarte escuchando o viendo esa actitud, la gente se va apartando, te dan por tu lado tal vez la primera vez, te escuchan, te dan consejos que no sigues, pero después ya no, te critican por tu incapacidad de resolver tu conflicto con tu cónyuge; el consejo más fácil siempre será: sepárate, divorciarte, esta es la corriente del mundo, pero no la voluntad de Dios, y el día que estés dispuesto a unir tu voluntad a la voluntad de Dios comenzarás a trabajar, pues la voluntad es un músculo que no trabajamos.

¿Has conocido a alguien que todos los días y todo el tiempo habla de sus mismos problemas? Esto significa que es una persona que se pasa rumeando todo lo que le lastima, o tú puedes ser ese tipo de persona, y crees que por contarlo o por callarlo verbalmente, pero lo muestras con tu tristeza, tu melancolía, tu soledad o porque te apartas de los demás, lloras en silencio, vives en una depresión constante,  vas llamando la atención de los demás, esto no es nada agradable y no te ayuda a dar lo mejor de ti, como son tus pensamientos son tus actitudes en todas las circunstancias de tu vida, en tu familia, en tu trabajo y con tus amistades.

Por lo mismo debemos trabajar la voluntad, si el primer paso es trabajar en mis pensamientos, no podré hacerlo sin trabajar la voluntad, como menciono al principio, todos tenemos fuerza de voluntad, lo que necesitamos para trabajar con ella son motivaciones, así que, te invito a que tu motivación principal sea querer ser feliz, con tu cónyuge (que es lo ideal y la voluntad de Dios) sin tu cónyuge (cuando la situación es insostenible y pone en riesgo tu integridad y es cuando debes de tomar la decisión de una separación momentánea con el único fin de que tu cónyuge trabaje en sí mismo antes de volverse a unir contigo, esto lo permite la iglesia, se le llama separación de cuerpos, no divorcio, no derecho a ser feliz con otra persona, esta es la voz del mundo, no la de Dios ) o a pesar de tu cónyuge (cuando acepto trabajar en mis potencias para después ayudar a mi cónyuge, primero, otorgándole el perdón, sin necesidad que me lo pida, solo porque esto me ayuda a mí a estar en paz y segundo porque amo a mi cónyuge y quiero conducirlo con paciencia y mucho amor al cielo, aceptándolo como es, con todos sus defecto y virtudes, sin querer cambiarlo para yo ser feliz, sino que, orar por él o ella para que sea Dios mismo quien le dé la capacidad de darse cuenta de sus errores y con mi ejemplo de perdón constante él o ella quieran dar lo mejor de sí mismos, pues nos convertimos en maestro del perdón, de amor y de la aceptación a la voluntad de Dios, y esto también transforma) esto último es vivir la Palabra de Dios: 1 Corintios 13, 4-8 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

3. Entendimiento o inteligencia: Para terminar pronto, una persona inteligente es feliz, no se permite pensamientos nocivos ni se expone al odio, o al rencor, estos sentimientos además de dañar tu alma, daña también tu salud, es comprobado que el odio puede derivar en una enfermedad grave, comprobado incluso científicamente, y no te lo mereces, una persona inteligente se regala el perdón, sí, el perdón es un regalo para ti, no para la persona a quien perdonas, pues muchas veces esta ni siquiera tiene la intención de querer pedir perdón por su incapacidad de amar, por su educación e historia personal lo que sea.

Todo ser humano y con mayor razón, todo bautizado, somos hijos de la Sabiduría misma, pues Dios es la fuente de toda ciencia y es Él quien dota al hombre de capacidades, dones y virtudes; tan grande es su amor que incluye aquellos que en su jactancia y por falta del conocimiento del Ser Supremo se envanecen con sus éxitos alcanzados dentro de sus carreras profesionales, creyendo solo en la ciencia y en sus aptitudes sin darle un mérito al Espíritu Santo, sin embargo, por ser hijos de la sabiduría misma y en su infinito amor, Dios da a los pequeños y humildes como al arrogante, no obstante, la diferencia entre uno y otro es abismal, pues Dios da la ciencia infusa a los pequeños y humildes oradores y adoradores de Su Creador, esa ciencia que el preparado profesionista no entiende; y si nosotros somos hijos de la Sabiduría misma ¿Acaso no somos herederos de ella? Pidamos pues, con toda humildad y de rodillas al Espíritu Santo, quien es el protagonista de toda ciencia, el motor, alma y corazón de la iglesia; para no permitirme llevar por la tristeza, el coraje, el odio y el rencor, que nos de esa capacidad de amar de perdonar y de ser feliz a pesar de la situación momentánea, pues todo es cíclico, todo pasa, y quien no sabe dominarse a sí mismo, se queda estancado en los malos recuerdos y vive en una depresión crónica, la cual puede llevarte a la desesperación y en el peor de los casos al suicidio; dice un dicho: Lo que no mata, fortalece, hemos de aprender de los acontecimientos más dolorosos de nuestra vida, principalmente de aquellos que han llevado el matrimonio al fracaso, una persona inteligente sabe dominarse a sí misma.

No nos permitamos perder nuestro matrimonio, comencemos a trabajar en estas tres potencias, trabájalas para ti primero, práctica tu paciencia y sobre todo tu prudencia, deja de estarte dejando llevar por tus emociones, tú tienes la capacidad de controlarlas, que no sean estas quien te dominen a ti, la mayoría de los fracasos matrimoniales es precisamente por dejarse llevar por las emociones y malos sentimientos. Ya comprendiendo como entran las emociones a través de los pensamientos que me permito, será fácil detectarlos y evitarlos. En otro blog explicaré cómo puedes trabajar en ello.

18 de agosto de 2020.